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martes, 19 de octubre de 2010

Nunca dejaré de bailar, afirmó Alicia Alonso durante homenaje que le rindió el Royal Ballet, de Londres

La Habana, 19 oct (Granma-RHC) Con la memoria cargada por el eco de la ovación tributada por el público asistente al homenaje que el Royal Ballet de Londres le tributó este último fin de semana, Alicia Alonso regresó a Cuba para dar el toque final a los preparativos del XXII Festival Internacional de Ballet de La Habana, cuya gala de inauguración se efectuará el próximo 28 de octubre.

A nadie sorprendieron las palabras de la prima ballerina assoluta al llegar a la isla: "Le quito el cero a los 90 y me quedo con el 9, la edad que tenía cuando comencé a bailar. Así es que estoy comenzando".

La mejor prueba de ese ímpetu irreductible la ofreció Alicia a Granma este lunes en declaraciones exclusivas: "En la gala inaugural del Festival estrenaré una nueva coreografía: Impromptu. Se me ocurrió de pronto antes de partir hacia Europa a la serie de homenajes.
Escuché una obra de Lecuona y de pronto la música se transformó en movimiento. Es que nunca, aun cuando no lo haga directamente en las tablas, he dejado ni dejaré de bailar".

Las nueve décadas de vida de la diva fueron celebrados por el Royal Ballet, en una función ofrecida en el Covent Garden, de la capital británica.

Según reportes recibidos en esta redacción, Monica Mason, directora de la célebre compañía londinense, afirmó: "Esta noche es muy especial; rendimos homenaje a una de las grandes bailarinas de la historia". Y cuando dijo que Alicia se encontraba en el teatro, un haz de luz resaltó su presencia en el palco real.

Como hermosos regalos, la fundadora de la Escuela Cubana de Ballet agradeció la interpretación de Winter Dreams, de Kenneth MacMillan, por su compatriota Carlos Acosta; y de Tema y variaciones, por Tamara Rojo y Sergei Poluni, coreografía creada para la Alonso por George Balanchine en 1947.

Ese fue el preámbulo de otro instante cenital: Acosta y Poluni llevaron de brazos a la maestra hasta el proscenio. Y entonces fue el delirio.

"En aquel momento —confesó Alicia— vinieron a mí gratos recuerdos. Yo bailé en el Covent Garden en 1946, cuando formaba parte del American Ballet Theater. Desde entonces sentí respeto por el público británico y sé que respetaron mucho mi arte".

El reciente periplo europeo de Alicia comenzó en Madrid, donde asistió al estreno del documental dedicado a ella por Televisión española para la serie Imprescindibles.

"De mí hablan en esa producción tantas personas que han seguido mi carrera que no sé cómo corresponderles —explicó la directora del Ballet Nacional de Cuba—. Parece que su transmisión tres veces por la televisión llegó a mucha gente, pues en otras ciudades de España escuché comentarios".

Los homenajes se prodigaron en el teatro sevillano de La Maestranza, uno de de los centros más importantes de la actividad escénica peninsular, y en Huelva. En la célebre plaza andaluza estrellas de la danza clásica y el baile español se dieron cita en el Festival Otoño Cultural Iberoamericano que, para el homenaje en que concedió el Premio OCIB 2010 a la maestra, convocó a primeras figuras del Royal Ballet de Londres, el Ballet Nacional de España, el Ballet de Cámara de Madrid, el Ballet Español de Murcia y el Ballet Nacional de Cuba.

De Huelva se llevó un recuerdo imborrable: la visita a los Lugares Colombinos, llamados así por vincularse a los preparativos del primer viaje de Colón al Nuevo Mundo. "Particularmente —dijo— me llamó la atención el Monasterio de la Rábida. Fue muy lindo ese encuentro entre el pasado y el presente".

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